Volando en una avioneta a 600 metros sobre el mar caribe, destino: Holbox -aunque en ese momento el destino era sorpresa por mi cumpleaños-. Alonso me entregó un sobre con el “itinerario” de nuestro viaje que en realidad era la carta más linda que me han entregado y al final me pedía que me casara con él. Obvio dije que sí. Destapamos la champaña y el resto son risas y burbujas. Aquí comienza todo. 

Saltamos unas semanas después al momento en el que toca empezar a planear. Creo que algo muy importante al empezar un proyecto de boda, además de fijar un límite de presupuesto… para mí, es tener súper definido el ‘concepto’. Vital para tener claras todas las ideas y no perderme en el universo de ‘Pinterest’ o con ideas divinas que tenían novios para las bodas con las que estaba trabajando. Al final sí son una muy buena ayuda de inspiración pero también pueden terminar siendo un conjunto de ideas geniales que no quedan entre sí… Por eso no debe dejar de ser eso: únicamente inspiración. 

Creo que muchos podrán coincidir conmigo que lo más padre en una boda es que con ciertos detalles terminen expresando quiénes son cada uno de los novios y también quiénes son como pareja. Por que además estamos hablando de que cada pareja es diferente, qué mejor que aprovechar estas diferencias y explotarlas para poner el sello personal a la boda. 

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En mi caso el concepto que elegimos lo llamé “cuento de hadas moderno”.  Lo describiré algo así como un castillo abandonado en un bosque que la naturaleza volvió a invadir. Los elementos de mobiliario estilo victoriano, accesorios como candiles, pero con la decoración abundante en follaje verde salpicando todo lo que se pudiera. Si han visto “Grandes Esperanzas” de Alfonso Cuarón mi mayor inspiración fue ‘Paradiso Perduto’, si no la han visto la súper recomiendo. 

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Por el tipo de concepto que teníamos en mente la elección de lugar era crucial, sobre todo para explotar el lugar al máximo y no elevar el costo en la decoración que necesitaba llevar mucha vegetación. Me queda claro que el venue elegido no solo aporta el ‘look’ de la boda, sino que además abre opciones para echar a volar la imaginación para crear diferentes escenarios. En nuestro caso se nos abrió la opción de hacer una boda de fin de semana, con la cantidad de espacios que tiene el lugar que escogimos pudimos crear diferentes moods por día. 

El viernes comenzamos con el civil en el salón dónde había una alberca. Este día queríamos tener un mood mucho más relajado para que todos pudieran convivir, ya que habría muchos grupos de amigos que se estarían reuniendo después de mucho de no verse… a esto le llamamos icebreaker. Después de terminar nuestra ceremonia civil, tuvimos una cena de empanadas (para que fueran fácil de comer) y todos estuvieran parados cenando y conviviendo. Para cerrar este día después de la cena y para adentrarlos de lleno en el concepto boscoso, fuimos a otra área que era un fogatero con gradas a mitad del bosque. El plan fue que Alonso junto con otros dos amigos músicos hicieran una noche acústica. Y vaya que salió hasta mejor de lo planeado por que todos lograron relajarse escuchando música y más de la mitad que estaban ahí hasta coreando. Este momento para mí fue uno de los más especiales del fin de semana por que cuando estábamos planeando sabíamos que este tipo de cosas son algo que nos define como pareja y que nuestros invitados relacionarían perfectamente con que era un evento muy original, muy relajado y sobre todo muy nuestro. 

Mi mayor satisfacción de volver esta idea una realidad aún no puedo decidir si fue el ver a los papás de Alonso tan emocionados de ver a su hijo en modo totalmente “rockstar” o ver a mi soulmate súper entusiasmado tocando para familia y amigos. Solo de recordarlo se me pone la piel chinita, era como un mini concierto pero con puros conocidos. Y es que fue algo mágico poder tener a todas las personas que tanto queremos reunidos en medio del bosque con pura energía bonita. Definitivamente fue lo mejor que pudimos hacer para arrancar nuestro increíble e inolvidable fin de semana. Debo agregar que para este momento fui un poco bridezilla controladora con la dosis de alcohol para los invitados, se pensaron tener mini cervezas y realmente que las limité… pero ¿saben qué? se vale y no me arrepiento por que no quería que uno que otro se pasara de fiesta y estuviera dañado para el evento estelar del día siguiente.

¡Y llegó el gran día!

Tuvimos una ceremonia religiosa católica con una decoración espectacular. En verdad que cuando llegué a la capilla no lo podía creer, un espectacular trabajo por parte de mi florista. Pero debo decir que para obtener este gran resultado fue de suma importancia las reuniones que se tuvieron para platicar el concepto y hasta puntualizar cada elemento que se recomendaba para lograr el efecto que queríamos. Para la música de la iglesia un arpa nos pareció la más apropiada para un ambiente mágico bajo el concepto de cuento de hadas. Se podrán dar cuenta que en toda la boda la música fue uno de los detalles que cuidamos muchísimo por que Alonso le gusta tocar instrumentos y pues entre los dos tenemos gustos musicales similares entonces era algo que podíamos explotar para seguir dándole el sello de “nosotros” a la boda con canciones que nos gustan. Enserio que viendo todo con tiempo hay muchas cosas que se pueden personalizar. 

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Con todo y lo mucho que se planea cada detalle en una boda hay cosas que pueden pasar y salirse del plan inicial… en mi boda no fue la excepción. Estando en la misa empezó a llover, lo cuál afectaba el montaje del cóctel que debía estar colocado en medio del área del bosque antes de entrar al salón principal. Creo que lo que más bajo mi ansiedad ante tal situación fue saber que teníamos un plan “B” por si el clima quería hacer de las suyas, dentro de todo tener algo de control ante cosas que están fuera de tus manos. Supongo que para el equipo de planners fue más estresante el tener que cambiar todo el cocktail a un área del salón principal en menos de media hora, que para mí ver la lluvia caer mientras estaba en la ceremonia a pesar de que ya sabía lo que eso significaba. Es por eso que, a pesar de ser planner y tener todo tan pensado, una parte vital para que mi boda saliera tal y como la quería fue el hecho de tener planner ese día conmigo. Nada más y nada menos que Aline Brun <3

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Nuestra entrada al salón fue de lo más emocionante, yo no sé si tanto para los invitados pero para nosotros dos fue de los momentos más padres. A pesar de que ya sabía de que se trataba una entrada de novios, lo he visto y planeado mil veces… en verdad es algo muy diferente pasar por la nube de la máquina de humo -sí mandé poner máquina de humo en nuestra entrada-, ver a toda tu familia y amigos de lo más emocionados, aplaudirte, tomarte fotos y vídeo mientras te abres paso entre la multitud, una canción alterándote los sentidos a pesar de que sabías que iba a sonar y viendo por primera vez el “proyecto” boda hecho una realidad ¡todas las ideas y planes por fin materializados!

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La cena para mí ya fue un momento de relajación, sentada junto a mi ahora esposo en el spot principal del salón. Por cierto, un salón divino de cristal rodeado de bosque justo como la imaginamos desde un principio, todos nuestros invitados con su mejor “look”, el playlist retro que diseñamos, la mesa de dulces y de quesos que se te antojaba pero a la vez decoraba. Todo lo podíamos ver desde dónde estábamos y a eso agreguemos que comenzaron a traernos nuestra deliciosa cena acompañada de nuestros tragos personalizados. Valió la pena ver cada detalle a lo largo de la planeación y es una gran satisfacción en el banquete poderte comer la diamantina comestible dorada en el postre, mi punto es ¡personalicen su boda, háganlo con tiempo!

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Después de los bailes siguió la fiesta y no hay palabras que puedan describir lo mucho que me divertí, la mejor fiesta de mi vida. No puedo hablar de la fiesta sin hablar de los “happenings”, creo que la parte más divertida de organizar junto con Alonso. Se preguntarán ¿qué son los happenings?...  son diferentes momentos dentro de la fiesta que llevan una temática y hacen participes ya sea a los novios o a un grupo invitados para hacer un momento de euforía. Ejemplo: ¿a quién no le ha tocado ir a una fiesta o boda dónde varios chicos se suben al escenario con sus lentes oscuros en el bloque de canciones de Luis Miguel? Diría que el efecto happening es que la mayoría de los invitados aunque no estén en el spotlight empiezan a bailar y cantar más fuerte porque el Luis Miguel del escenario se trata de su primo ‘Fulanito’. Y platicar de los happenings no es tan divertido como vivirlos… pero de contarles mi happening favorito diría que fue el momento de los fuegos artificiales, súper planeado pero súper valió la pena. Para suerte de Alonso y mía tenemos la misma película favorita con uno de los finales más épicos en el cine. “Fight Club”… por supuesto teníamos que explotar eso. Definitivamente el final perfecto de David Fincher nunca lo hubiéramos podido conseguir, pero la iluminación en tonos azules, las detonaciones por fuera de los cristales, Pixies sonando de fondo y nosotros dos tomados de la mano logró ponerles a muchos la piel chinita (efecto happening). 

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Tuvimos un brunch el domingo, pero la verdad yo no lo aproveché mucho que digamos. Los que estuvieron, disfrutaron mucho los chilaquiles… las mimosas solo algunos temerarios que quisieron “curársela” y otros solo se llevaron su mini moet de recuerdo. No puedo darles mucha reseña de este día porque vaya que aproveche al máximo ¡la fiesta más increíble de mi vida!

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